Sócrates, el demócrata del fútbol. Belem Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieria de Oliveira, el nombre, que hace homenaje al pensador, se lo puso su padre, a quien le fascinaba la filosofía griega: a otros dos de sus hermanos le había puesto Sófocles y Sóstenes. Mayor de seis hermanos, el más chico de todos iba a seguir sus pasos. Hablamos de Raí Souza Vieira de Oliveira, un gran futbolista de la década de los 90, que logró lo que él no pudo: ganar la Copa del mundo.
Los padres le insistieron en que priorizase los estudios frente al deporte. Por eso se dedico a la medicina mientras jugaba en las inferiores de Botafogo de Ribeirão Preto. En 1974 debutó en primera, en 1977 se recibió y en 1978 paso al Corinthians.
En los años finales de la dictadura nace el proyecto más utópico que ha dado la historia del fútbol, que marca un antes y un después de la historia política y futbolística del país: la “Democracia Corinthiana”. Un proyecto que seria posible por la presencia de Sócrates, que se transformaría en lider y figura de este movimiento. Pero que estaría acompañado de 3 jugadores fundamentales: Wladimir Rodrigues, Walter Casagrande y Zenon de Sousa.
En momentos oscuros y de prohibición de todo mecanismo de participación, este grupo de jugadores idealistas construyo democracia desde el club: votaban todos. Todos tomaban las decisiones, desde el presidente hasta el chofer del micro que llevaba a la delegación a los partidos.
“Cuando entrábamos a la cancha, jugábamos mucho más que en un simple partido. Luchábamos por la libertad en nuestro país”, así definia Sócrates lo que era ese equipo, que desde la forma era contestatario y que lo sostenía jugando muy bien al fútbol.
En una entrevista en 1983 dijo: “Quiero morir un domingo y con el Corinthians campeón”. E increíblemente eso fue lo que terminó pasando 4 de diciembre del 2011. Ese día el Corinthians lograría su quinto campeonato. Ese día todo el estadio, jugadores e hinchas levantarían el puño en honor al futbolista demócrata, ese que ya sin estar le había dado otra felicidad al pueblo Corinthiano.
En 2011 murió como consecuencia de un “choque séptico”, consecuencia de alcoholismo que sufría, cuando ingresó al Hospital Albert Einstein.
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