Hace unos días se hizo oficial la llegada de Luis Quiñones a Puebla, cedido por parte de Tigres en un contexto de emergencia, derivado a la llegada en el último día del mercado de Uriel Antuna, un efecto dominó. Según información del periodista Vladimir García de TUDN en esta cesión se incluyó una clausula dónde Luis no podrá jugar vs Tigres, cuando “la franja” visite Nuevo León.
Lo que me lleva a la reflexión sobre estas “clausulas en el futbol”, y ante la duda me asesoré con especialistas para ver si esto en un papel puede ser legal, a lo cual me respondieron que, en efecto, en un contrato laboral esto es posible en cesiones por más irregular que parezca, pero por otro lado la FIFA lo prohíbe en cuestiones de transferencia, aunque realmente es una regla que no se le pone atención. Es ahí donde me llegan cuestionamientos sobre que tan transparente y juego limpio situación así.
“Ningún club concertará un contrato que permita al club contrario y viceversa o a terceros, asumir una posición por la cual pueda influir en asuntos laborales y sobre transferencias relacionadas con la independencia, la política o la actuación de los equipos del club”, se puede leer en el Reglamento FIFA sobre el Estatuto y Transferencias de Jugadores de la federación.
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Claramente, la FIFA busca enfocarse en esto en transferencias, porque les da miedo meterse en el tema de cesiones, y en parte tienen razón, al final el equipo que posee los derechos del jugador puede tener poder de decisión, sin embargo, cuando se trata del “juego limpio” que tanto presume la FIFA no se hace una congruencia especifica en que un club prohíba a un jugador ejercer en un partido.
Hay que aclarar que no solo se ve en México, claro que la Liga MX debe poner mano dura e intentar ver estos caos, aunque también es una crítica hacía el futbol global, pues equipos como el FC Barcelona también la han aplicado. Puro equipo chico tiene que recurrir a usarla. Directo al pie.
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