Ya no se que pensar. En mi mente, deseaba que eliminaran a las Chivas, porque no se debe premiar a la mediocridad. Pero, al mismo tiempo, seguía soñando con la victoria; con ver mi “Rebaño” en la fiesta grande del fútbol mexicano. ¿Para qué? No sé. Tal vez suene triste, y, a la vez, un poco mediocre, pero simplemente verlos ahí me genera alegría.
La triste realidad de Chivas
Cuando ocurrió lo inevitable y finalizaron su participación en el Clausura 2025, me entró un pensamiento bastante pesimista, pero, lamentablemente, realista: ¿A qué niño le gustaría irle a un equipo tan mediocre? La única forma en la que puedo ver que las nuevas generaciones logren amar a Chivas es por herencia; por los futuros padres que seremos nosotros, los aficionados que seguimos aquí.
Final del partido en el Estadio Jalisco. pic.twitter.com/xTQikUruDG
— CHIVAS (@Chivas) April 20, 2025
Pero me pongo a analizar la situación, y pienso: ¿Con qué cara le voy a decir a mis hijos que apoyen la mediocridad? ¿Cómo les puedo inculcar el amor que le tengo a una institución que ya no refleja lo que, en mis primeros años de vida, decidí apoyar?
La grandeza del Rebaño se está agotando
Cuando comencé a apoyar al equipo, me enorgullecía por muchas cosas: éramos el equipo más grande del país, jugábamos con puro mexicano y nos convertíamos en locales en todos los estadios. Mi pasión creció aún más cuando los ví en vivo por primera vez, en su propio estadio, remontándole a los Jaguares de Chiapas en el ya lejano 2011. Recuerdo salir del, en ese entonces, Estadio Omnilife, con un orgullo tremendo: mi equipo era el más grande.
Ahora, ya no queda nada de esa grandeza. La historia no es suficiente para justificar la última década y media del equipo; mencionar a la Era Almeyda no es suficiente para tapar la crisis. Incluso, en 2023, se perdió una final como un equipo chico: encerrados a falta de media hora para que finalizara. Me duele mucho, pero estas Chivas no son ni una pizca de aquellas de las que me enamoré.

Amaury, vete ya
¿Voy a dejar de apoyarlas? No, pero la directiva debe comprender que todos los aficionados estamos cansados; cansados de excusas mediocres y promesas vacías. Chivas fue, es y será el equipo de mis amores, pero no nos merecemos lo que hemos vivido los últimos años.
Amaury, por favor, si no quieres aportar nada al equipo, vete; vete antes de que le quites la última pizca de grandeza que le queda a la institución. Estoy seguro de que de hambre no te vas a morir.