Con una fiesta de goles, el Real Madrid y el Mánchester City no se sacaron ventaja y un empate a 3, ha dejado completamente abierta la serie.

Un Santiago Bernabéu con techo cerrado, síntoma inequívoco del respeto y desconfianza que origina en el ambiente merengue, enfrentar al actual campeón de Europa, pues aquel techo sería una herramienta que buscaría afectar a los ingleses, la intención, era convertir el Bernabéu en una autentica jaula blanca que hostigara al cuadro de Pep Guardiola.

Solo habían transcurrido 120 segundos de juego, y la magia de la Champions empezaba a vislumbrarse, pues la astucia y picardía de Bernardo Silva originó el primer gol del juego, a través del balón parado, un tiro libre en el que toda la defensa del Madrid esperaba defender un centro, Silva fue directo a portería y movió las redes de Lunin para poner al City en ventaja.

Por un momento el estruendo merengue que envolvía al estadio se difuminó, sin embargo, pocos minutos transcurrieron para que la euforia del cuadro local regresara, pues al minuto 11, Camavinga probó de larga distancia y para su fortuna el balón se encontró con un desvío de Rubén Días, que imposibilitó a Stefan Ortega poder atajar el disparo, de esta forma el juego se empató y la expectativa del partido estaba cumpliendo a la perfección.

Fue un pestañear, un abrir y cerrar de ojos el que transcurrió, para que el Madrid ya se encontrara ganándolo, de la mano de una asociación letal, una dupla carioca de alta calidad: Vinìcuis y Rodrygo. Un pase a profundidad de Vini, puso a correr a Rodrygo que tenía encima dos defensores citizens, sin embargo, el número once fue cauto, no se precipitó y definió de manera bien pensada, poco potente pero sumamente colocado.

Las emociones no se quedaron ahí y la segunda parte continuó con un partido de locura, lo primero que sucedió fue el empate del City, con un gol que seguía confirmando la calidad que estaba pisando el Santiago Bernabéu, ya que apareció Foden con su talento, recibió un balón cercano al área rival y en cuanto notó que tenía una pisca de espacio y tiempo, no dudo en mandar un auténtico balazo al ángulo, imposible de atajar por Lunin. La tortilla se volteó en instantes en favor del City, pues 5 minutos màs tarde Gvardiol se tuvo confianza y probó un disparo de larga distancia que otra vez Lunin sería imposible que lo atajara.

El panorama se estaba nublando para el equipo de Ancelotti, salir con una derrota del Bernabéu, implicaba remontar en Manchester, algo que nunca han logrado los merengues. La preocupación local se convirtió en ocupación incesante, que rindió frutos al minuto 79, un balón pegado al pie de Luka Modric, llegó a los pies de Vinìcius, quien mandó un trazo impecable a Valverde, el uruguayo prendió el balón en el aire, de una forma impecable y puso 3-3 el juego.

Una final adelantada fue lo que se vivió en el Bernabéu, un juego de locura, un partido que demuestra porque el futbol es mágico, pero aún queda la segunda parte de esta historia y no hay ventaja alguna, la vuelta se jugara como se empezó la serie, empatados.

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