Dentro del fútbol y la relación futbolista-aficionado, existe un eterno cuestionamiento sobre lo que llegan a hacer los futbolistas fuera de la cancha. Sobre todo, el tema de las fiestas recurrentes de los futbolistas, aunado al contexto de las redes sociales donde éstos pueden compartir más sobre su vida personal o cuestiones extra-cancha.

El jugador que recientemente ha sido posicionado en este tópico es Carlos Salcedo, jugador mexicano de Cruz Azul, que ha recibido una ola de críticas después de que se hicieran virales fotografías de la fiesta de su cumpleaños número 30. Esto fue más problemático, ya que se difundieron horas después de que Cruz Azul perdiera con Querétaro y se fuera a la penúltima posición de la tabla general.

La afición vertió aún más su molestia sobre Carlos Salcedo, cuestionándole el hecho de que tal vez no le sea importante la situación que atraviesa Cruz Azul. Sin embargo, no hay que olvidar que se trata de su vida privada y que no es un ámbito donde tenga que ver la institución de Cruz Azul.

Salvo algunas excepciones que le competen a autoridades legales, lo que pase en la vida fuera de la cancha de los futbolistas no debe ser cuestión de relevancia en la afición y medios deportivos. La exigencia, cuestionamientos y críticas de dichas personas debe delimitarse al tema futbolístico, ya que es el ámbito que solo debe generar interés.

Es cierto que, como figuras públicas, los futbolistas deben guardar cierto disimulo o discreción. Sin embargo, hay una línea grande entre el futbolista como tal y el futbolista como ser humano que tiene el derecho del libre desarrollo de su personalidad. Los futbolistas juegan en una cancha y, si llega a pasar algo grave en su vida extra-cancha, el club o las autoridades en cuestión tomarán las medidas necesarias.

About The Author

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *